La Palabra
Lo de René iba de mal en peor: Se quebró la cadera saltando una reja, le dio otitis por jugar con el gato, le dio apendicitis por comer tantas galletas de dieta y se fracturó el tabique nasal buscando el control remoto, todo en la misma semana. Cuando se dio cuenta de su desgracia se acordó de la biblia y su palabra, escrita en un fino papel. La biblia, un dispensario ilimitado de papelillos.-
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