To The End



Tiene una cosa media darketa, ese "no sé qué" que es sutil, es como dulzón, y en ella le asienta de maravilla.
Inclina su cabeza y me mira como si todo lo que yo hablara fuese mentira. Se limpia la mugre de sus uñas largas cuando le hablo y dirige la mirada hacia otro lado, como si la estuviesen fotografiando para la próxima campaña de alguna tienda famosa. Dobla sus blancas piernas de crema, apoya la planta de sus zapatillas perfectamente ensuciadas en la pared. Ella sabe que tengo un cuento medio raro con las rodillas.

Al acomodarse la chasquilla sin las manos, hace que toda su melena oscura se mueva al viento. Su cuello descubierto se ve fresco, claro y con gusto a algodón. Se nota que se aplicó perfume cerquita de la aorta y en las muñecas: cuando se mueve, hace que el aire huela a ella. Ella huele a mandarina y luego a chocolate, una cosa entre almendras y la pasta de un Bon-o-Bon.

Vamos, mujer. Te invito a un pucho y hablar de libros. Mi libro favorito es uno de Bolaños. Espero que te guste Bolaños para que seas, prácticamente, perfecta.

1 comentarios:

Patricio Peña Molina dijo...

Oye eliminaste mi comentario 77
bueno esta bacan tu cuento, ojala no sea tan cuento
oye hay un concurso en la biblioteca viva de cuentos

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