Nationalsozialistische de Puente Alto


Se sumergió en exquisitas espumas y aromas. Eligió las mejores sedas, y se envolvió en ellas. Se depiló las cejas, se encremó, se coloreó el rostro y se dio un beso en el espejo, porque lo valía. Salió a la calle a dar una vuelta, a sentirse reina de la noche solo por un instante. Sentía el mundo bajo sus negros stilettos, hasta que llega una bandada de higienistas raciales, y le propinan un batazo que lo mató ahí mismo. Te costó caro ser tu misma, Gaby.

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